¡Oh, mortales, ¿qué sabemos,
por más que mucho sepamos?;
por más que mucho avancemos
¿qué avanzamos?
Avanzamos en la bruma...
inciertos sobremanera.
¡Y el misterio, por doquiera,
nos abruma!
Nace el hombre, sin saber
qué es nacer,
y vive sin definir
qué es vivir,
y há de morir, y no advierte
Casi del todo olvidado
el pasado,
del presente no percibe
sino el instante en que vive;
y ha de ir ,
temblando, a Lo Porvenir...
y el paso hacia allá endereza
con una sola certeza que es:
morir
Por fuerza oculta impelida,
el alma, semi-inconsciente,
se abandona a la corriente
de la vida,
que la empuja, aunque no quiera,
hacia la ignota ribera
¡tan temida!
"¡Morir, morirl.-. y, después,
¿dejara de ser lo que es!"...
grita el alma, y a su grito,
de duda y consternación,
¡Dios responde en lo Infinito
mostrando la Creación !...
Mas, en tanto dura el viaje,,
¡que zozobra!
¡Ay del barco que zozobra
yendo a merced del oleaje!...
¡Qué penosa alternativa
de tempestad y bonanza,
de dolor y de esperanza
fugitiva!
¿Adónde va el alma... adónde?
¡Al Más Allá que se esconde!.."
Va a Lo Arcano...
Obedece al sobrehumano
impulso del Gran Barquero
que dió al espíritu errante
un eterno derrotero:
¡ADELANTE!
Y así, cayendo y alzando,
progresando,
perdido en la Inmensidad
por toda una Eternidad,
el espíritu va en pos
de un solo ldeal,
¡que es Dios!
BLANCA VANINI SILVA
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